Un día después. El mismo viaje.

Hay algo que no se dice. Todos no decimos lo mismo.
No nos miramos para no vernos. (Tampoco es que podríamos decirnos mucho).
Hay algo en el ambiente que se hace sentir.
Lo único que nos queda es hacer de cuenta que no estamos donde estamos, y pretender que en un rato esta convivencia se termina.

El aire es denso.

Pasaron 24 horas. Es el mismo tren. El mismo de ayer, de anteayer y de mañana.
No nos queda otra ¿No nos queda otra?



Hoy viajamos gratis.

En realidad, sólo no pagamos el boleto.

2 comentarios:

Federico dijo...

"Me dijeron que en el reino del reves nada el pajaro y vuela el pez..."

Café (con tostadas) dijo...

lo desesperante es que

en un mundo que se mide en unidades monetarias

no pagar boleto parece lo mismo que viajar gratis...