
(Fuente)
No me hace falta opinar. Me parece, solitos, solitos se exponen.
Lo que sí quiero decir es que detesto los homenajes post mortem, me parecen de una vanalidad, de una hipocresía, de un caretaje insostenible.
El flaco era un genio, un boludo, un facho, un provocador, un incoherente, un irremplazable, muchos de los que ahora lo homenajean compungidos y acartonados, se escandalizaban y criticaban los desvaríos de Peña. Impresentables.
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