El enemigo público

Mariana consiguió un despertador como quería. Similar al de la imagen, pero en rojo. Que suene como despertador, no como el tiriri tiriri tiriri electrónico de los despertadores de ahora.
Debo reconocer que la primer mañana que nos despertó, me levanté un poco asustado, por lo estruendoso del llamador. Incluso, ella debe reconocer que hay que acostumbrarse al cambio de rutina sonora.
La habitación es un ambiente chico y el sonido retumba en las cuatro paredes, entonces tardas 4 segundos en entender qué es ese taladro en tu oreja. En un momento de desesperación matutina, Mariana al no encontrar la palanquita para apagarlo terminó sacándole las pilas (cosa que es mucho más trabajoso que mover una palanquita).
De todas maneras y a pesar de todos estos inconvenietes, el despertador nuevo al que mayor contrariedad le trajo fue a Felipe.
Sí, señor. Felipe acostumbra a dormirse en nuestra cama a la altura de las piernas. Se acomoda de tal manera que uno no puede moverse más, pero para él es una posición confortable. Por el ventilador, muchas noches (yo tengo la teoría que es porque pasa frío) no duerme en la cama. Razón por la cual no se había despertado nunca con la nueva adquisición. Hasta ayer a la mañana...
Fue inmediato, simultáneo casi: el estruendo del despertador, las uñas de Felipe clavándose en mis piernas como apoyándose para huir, un salto que no tuvo punto intermedio, fue directo de mis piernas al piso, el rebote en el piso, sus patas moviéndose como los dibujos animados, el golpe en la puerta y su corrida por el pasillo para salvar la vida...
Por la tarde traté de llevarlo conmigo a la pieza, pero Felipe no está tranquilo, cualquier movimiento brusco o ruidito extraño lo perturba, la pieza no es un lugar seguro por ahora... juega, corre, duerme, todo de este lado de la puerta... va a pasar un tiempo para que vuelva a la habitación.

7 comentarios:

BLUEKITTY dijo...

Estimado rol: te sugiero que te desprendas de tal aparato del demonio, son horribles!!!! Yo nunca he logrado acostumbrarme a algo que suene en mitad de mi sueño como el enorme estruendo que producen. Y tu gato lo va a odiar siempre. Mmm, no creo sea buena idea una de esas cosas, encima miralo de cerca, son horribles. Woops, disculpà, recièn voy viendo toda la mala onda matutina del mensaje que estoy escribiendo pero es que... es de mañana!!!!

Quiero volver a la cama a dormir, pero bueh, las obligaciones llaman.

Café (con tostadas) dijo...

Patentá la técnica y ofrecésela a todos aquellos que no saben cómo sacar a sus gatos de las habitaciones! ;)


Pobrecito! me lo imagino en carrera desesperada! Quizás porque Didier (el gato de mis viejos) es RE memento y vive asustándose por todo lo que sucede, entonces no es difícil encontrar la imagen que describís en mi cabeza!

Mariann dijo...

pobre felipeeeeeeee

te voy a denunciar a la apa!!!

Minerva dijo...

Rol, no le hagas padecer a Felipe tal martirio. Hace como yo, que me levanto placidamente al son de Carla Bruni.

Tomás en Shorts dijo...

pobrecín. yo también una vez en mi vida incurrí en ese despertador. me duró una semana

Rol dijo...

blue: gracias por la propuesta pero es una decisión dif´cil de tomar.

Cct: Me gusta el nombre Didier, no la veo a esa patente eh.

Mariann: Dejá de denunciarme! Felipe la pasa bomba, salvo un par de cositas nada más.

Minerva: Esto de estar enm pareja te hace negociar muchas cosas... igual no sé... carla bruni tampoco es que me vuelva loco por tenerla eh.

Aleman careta: no he de insultarlo solo porque me causó gracia la palabra "pobrecín"... el resto hable con mis abogados.

Blonda dijo...

A mi Felipe le pasa lo mismo con el sonido del portero electrico...Yo no puedo arrancar el aparato de la pared, pero vos bien podrias revolear el despertador ese por la ventana, no?

besos